viernes, 14 de febrero de 2014

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Sarah no es la misma desde que su mejor amiga, Jamie, sufrió un trágico accidente en el gimnasio del colegio y falleció. Un accidente por el que se culpa y que la deja sin aliento cada vez que lo recuerda. No, Sarah no es la misma. Ni tampoco su vida, ni la gente que la rodea, o al menos cómo se comportan con ella. Sus padres no entienden qué le pasa, su hermano mayor está harto de su actitud y, para colmo, ahora resulta que el gemelo de Jamie, Emmet, quiere saber lo que ocurrió exactamente aquella tarde. Y quiere que sea Sarah quien se lo cuente. Y aunque a Sarah le encantaría volver a ser la hija, la amiga y la hermana perfecta, le es imposible. Desde que Jamie se fue, su neurona borde está activada las veinticuatro horas del día y se le ha olvidado cómo sonreír, ser más amable o, en definitiva, ver el lado bueno de las cosas. Al menos hasta que empieza a entender que, a pesar de que Jamie ya no está, aún quedan muchas razones y personas por las que seguir adelante.

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